sábado, 6 de junio de 2015

Cómic Mamíferos Mexicanos en Extinción.

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Mamíferos Mexicanos En Peligro de Extinción.

MAMÍFEROS MEXICANOS EN PELIGRO DE  EXTINCIÓN

INTRODUCCIÓN.
Hoy en día nos encontramos frente a una gran problemática: La destrucción de nuestro medio ambiente. Esto se debe a la destrucción de bosques, selvas, pastizales así como la contaminación de arroyos y ríos; lo que trae como consecuencia la extinción de diferentes especies de mamíferos silvestres que habitan en nuestro territorio mexicano.

DESARROLLO.
Al comienzo del siglo XXI la mayoría de las especies de mamíferos mexicanos pueden considerarse en peligro de extinción., debido a que hemos ido destruyendo el hábitat de un gran número de especies. La SEMARNAT nos proporciona un listado de aproximadamente 295 especies y subespecies de mamíferos en alguna categoría de riesgo. Y si no tomamos medidas podríamos terminar con toda esta riqueza en muy poco tiempo.
México es un país rico en mastofauna (Mamíferos vertebrados amniotas homeofermos y de glándulas mamarias productoras de leche con la que alimenta a sus crías) Desde dentados como los armadillos, hasta cetáceos como las ballenas.
Nuestro país está dentro de los cinco países megadiversos del planeta ya que cuenta con un extenso número de especies de mamíferos, sin embargo estamos tomando a la ligera  esta situación, por lo que estamos destruyendo el hábitat de estas especies y reduciendo así la reproducción de las mismas. Un claro ejemplo es la cacería ilegal que sigue siendo un grave problema ya que no contamos con un sistema de regulaciones efectivas así como la falta de cultura y de conciencia. La gran mayoría de mamíferos ve en la destrucción de su hábitat la principal causa de su desaparición
Sin embargo la problemática se concentra en la conservación de mamíferos marinos y los grandes carnívoros ya que son de los grupos más importantes por las interacciones que mantiene con el ser humano.
Mamíferos marinos.
En nuestro país están presentes prácticamente las familias de cetáceos, la costa occidental de Baja California fue escenario para la evolución de las morsas, pues allí se han encontrado fósiles de estos organismos. Dentro de la familia de las verdaderas ballenas la NOM reconoce 7 especies, 6 de las cuales están bajo el régimen de protección especial y una en peligro; 18 miembros de la familia de delfines y orcas; 2 de la familia Cachalotes, 2 de la familia marsopas, entre ellas la vaquita marina, y, finalmente, 5 de la familia ballenas picudas. Prácticamente todas estas familias están bajo protección especial, porque la gran mayoría de las especies de cetáceos usan las aguas mexicanas como lugar de procreación. Las focas y lobos marinos, que habitan sobre todo en las costas de la península de Baja california han visto su hábitat destruida, debido a asentamientos de servicios turísticos, a la contaminación de los mares y a la pesca irregular. El lobo marino de california y la foca de Guadalupe aparecen bajo protección y en peligro, la familia del elefante marino aparece como amenazada; la foca común  en protección especial, y la foca monje del Caribe aparece como extirpada del medio silvestre.
Los grandes carnívoros.
México presenta una gran diversidad en especies de grandes carnívoros dentro de su mastofana nativa la cual podemos dividir en dos:
Los pequeños carnívoros, dentro de los que encontramos a los zorrillos, las comadrejas, los cacomixtles, etc. Éstos se encuentran en peligro de extinción, principalmente por la destrucción de su hábitat, o bien por la caza directa, dentro de los cuales también los micro-carnívoros como insectos, reptiles, etc.
Los mega-carnívoros, suelen tener mayor cantidad de encuentros con el hombre y su condición de consumidores de carne hace que frecuentemente esas interacciones entren en el plano de los conflictos. Estos conflictos se ven incrementados en número e intensidad por la destrucción de los hábitats nativos y por la destrucción consecuente de las presas tradicionales de los mega depredadores, por lo que la caza ilegal (en ocasiones promovida por los gobiernos) ha sido un factor importante para que en la actualidad los grandes carnívoros mexicanos estén en gravísimo peligro de extinción, a pesar de que muchos de ellos deberían ser motivo de orgullo nacional.
Felinos
De los seis felinos silvestres que habitan el territorio nacional, el más conocido es el Jaguar, este animal actualmente se ha encontrado principalmente en Chiapas, Quintana Roo y Tabasco, se le ha localizado en estados del norte como Sinaloa, mientras que en el Golfo se han reportado jaguares casi hasta la frontera con Estados Unidos y es posible que entren en ese país. Si bien el jaguar fue cazado extensivamente por su piel, las fuertes regulaciones tanto nacionales e internacionales, acerca del comercio de pieles, han tenido un impacto positivo en la disminución de la caza furtiva. Sin embargo, la cacería ilegal aún se presenta pretextando la depredación que causan o pueden causar sobre el ganado.
El Puma es un felino que habita en los bosques del norte del país, de donde es originario, y ha migrado hasta el sur del continente Es la única especie de los felinos que no aparece en la norma oficial bajo ninguna condición de riesgo. Para la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, esta especie es considerada como de “ultima preocupación”, lo que quiere decir que no se encuentra en grave situación de conservación, debido principalmente a su amplio rango de distribución, aunque es importante hacer un seguimiento de sus poblaciones.
De los pequeños félidos el jaguarundi es la especie que se encuentra en mayor peligro de extinción. Es reconocida como amenazada, a pesar de que como especie tiene una distribución que abarca el sur de estados Unidos. Los dos pequeños gatos manchados: el magray y el ocelote, están en la característica de en peligro. Estos animales, que no rebasan los 10 kg de peso, viven en las zonas selváticas, desde el sur del país hasta Sudamérica. Son perseguidos por sus pieles. El lince o gato montés no aparece en la lista de la Norma oficial Mexicana. Su presencia en México suele ser confundida con los gatos ferales, gatos domésticos que por su tamaño y coloración abandonan el entorno humano para convertirse en silvestres. De ahí que existan pocos reportes sobre la especie, a pesar de no encontrarse “oficialmente” en peligro.
Osos
Otro grupo importante de grandes carnívoros es el de los osos. En México alguna vez habitaron las dos especies de grandes Ursidos Americanos: el Grisli y el Oso Negro. El primero aparece en la NOM-059 con el estatus de extirpado del medio natural. En México no se conoce la presencia de esta especie desde los años sesenta del siglo XX. La subespecie que habitaba en nuestro país era el Ursos arctos nelsoni, cuyas descripciones indican que era enorme, pues alcanzaba hasta 1.90 m de alto, parado en dos patas, y más de 300 kg de peso. La principal razón de su desaparición fue la cacería indiscriminada
La especie que se mantiene en México es el Oso Negro. También es carnívoro y se sabe que puede cazar y depredar ganado. La mayoría de sus hábitos alimenticios incluyen bayas, frutos y varios vegetales, por lo que es percibido como una amenaza menor para la población humana. En el 2008, se reconoce a la población que habita en la Sierra del Burro, en Coahuila, como de protección especial la especie no está en grave peligro a nivel mundial. A pesar de esto la especie está considerada dentro de los programas de protección especial del convenio Canadá-Estados Unidos-México para su protección
Cánidos
La familia de los cánidos es la tercera de los grandes depredadores. Reconocen cuatro especies de esta familia: el coyote y la zorra gris no están considerados en peligro por la NOM-059-2001. Dos especies más de la familia cánide sí aparecen en la Norma: la zorra del desierto, de la cual se reportan 6 subespecies, todas bajo el criterio de amenazadas. Su distribución reducida, tamaño pequeño y hábitat específico, hacen que esta especie esté en peligro de extinción. El lobo mexicano es el último de los grandes carnívoros que está considerado por la NOM-059 como extirpado del medio natural. Los últimos ejemplares de que se tenga evidencia científica, fueron capturados a finales de la década de los setenta en Durango y Chihuahua
Esta especie, quizá la más carismática de todos los mamíferos, tiene una subespecie prácticamente exclusiva de México: el lobo mexicano, que se encuentra en estado de conservación. Como ninguna otra de las especies mencionadas, el lobo mexicano tiene una historia de recuperación que demuestra que el trabajo decidido y en conjunto da resultados importantes. A partir de sólo cinco lobos capturados, más unos cuantos más que se encontraban en un rancho texano y algunos albergados en el zoológico de San Juan de Aragón, se cuenta ahora con más de 300 en zoológicos de México y Estados Unidos. El proyecto tenía el objetivo de restablecer al menos una población de esta especie en su área original de distribución. Los esfuerzos por su recuperación se vuelven todavía más importantes ante el cambio de actitud para reconocer que su desaparición, como la de cualquier otra especie, es una pérdida irremediable, mientras que los programas para recuperar ésta se hacen necesarios.

CONCLUSIÓN.
Vivimos en un país rico en ecosistema, pero el crecimiento poblacional y nuestra falta de conciencia, nos han ido haciendo participes directos de la destrucción de los hábitats de algunas especies, lo que nos lleva a que estén en peligro de extinción. Sin embargo ya contamos con algunas leyes que han ido regulando la caza ilegal y la conservación del medio ambiente, lo que nos trae una esperanza de que algunas especies logren sobrevivir y tengan un futuro prometedor. 

REFLEXIÓN.

Elegí este tema porque se me hace importante recalcar, que necesitamos ser más conscientes en nuestras actitudes y formar parte de la conservación no solo de los animales sino también de nuestro medio ambiente, ya que vivimos en un país muy rico en ecosistema, en especies de diferentes tipos y debemos hacer que nuestras acciones contribuyan a la preservación de todo lo maravilloso que tenemos a nuestro alcance. Comencé a escribir a partir de realizar la lectura dos o tres veces, fui recuperando las ideas principales del texto y espero haber realizado un buen trabajo.